La huella de carbono en construcción se refiere a la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos durante todo el ciclo de vida de un proyecto, desde la extracción de materias primas hasta la demolición del edificio. Esta se divide en dos categorías principales: carbono incorporado (embodied carbon) en materiales y procesos constructivos, y carbono operativo derivado del uso energético del edificio.
Con el creciente compromiso mundial hacia la sostenibilidad, la industria constructora se encuentra en un punto de inflexión crucial para adoptar prácticas más responsables con el medio ambiente. Por, ello nuestro equipo de personalHOME lleva a cabo las siguientes estrategias para reducir la huella de carbono:
1. Selección de materiales
La elección de materiales sostenibles representa una de las decisiones más impactantes en la reducción de la huella de carbono. Los materiales locales minimizan las emisiones de transporte, mientras que opciones como el bambú, la madera certificada, el hormigón reciclado y los bloques de tierra comprimida ofrecen alternativas con menor impacto ambiental.
2. Diseño bioclimático y eficiencia energética
El diseño bioclimático aprovecha las condiciones climáticas locales para optimizar el confort interior y reducir el consumo energético. Esto incluye la orientación estratégica del edificio, el aprovechamiento de la luz natural, la ventilación cruzada y el uso de masa térmica para regular la temperatura.
3. Integración de energías renovables
La incorporación de paneles solares, sistemas geotérmicos y aerotérmicos, pequeños aerogeneradores y sistemas de calentamiento solar de agua permite que los edificios generen su propia energía limpia. Estos sistemas, combinados con baterías de almacenamiento, pueden llevar a los edificios hacia la neutralidad energética o incluso convertirlos en generadores netos de energía.
4. Gestión eficiente del agua
Los sistemas de captación y reutilización de agua de lluvia, el tratamiento in situ de aguas grises y la implementación de tecnologías de bajo consumo hídrico reducen tanto el impacto ambiental como los costes operativos. Los jardines de lluvia y las superficies permeables contribuyen además al manejo sostenible del agua en el sitio.
5. Construcción modular y prefabricada
La construcción modular y prefabricada permite un mejor control de la calidad, reduce los desperdicios de material y optimiza los procesos constructivos. Esta metodología puede reducir los tiempos de construcción hasta en un 50% y minimizar las emisiones asociadas al transporte de maquinaria pesada al sitio.
6. Gestión de residuos en obra
Implementar planes de gestión de residuos que incluyan separación en origen, reutilización de materiales y reciclaje puede reducir significativamente el impacto ambiental de la construcción. La planificación precisa y el uso de tecnologías como el Building Information Modeling (BIM) ayudan a minimizar el desperdicio desde la fase de diseño hasta la finalización de la obra.
A pesar de los beneficios claros, la adopción de prácticas sostenibles en construcción enfrenta desafíos como costes iniciales más altos, falta de capacitación especializada y resistencia al cambio en la industria. Sin embargo, estos obstáculos están siendo gradualmente superados a medida que la tecnología se vuelve más accesible, los beneficios económicos a largo plazo se hacen evidentes, y las regulaciones ambientales se vuelven más estrictas.