La planificación y programación eficiente de obras constituye uno de los pilares fundamentales para el éxito de cualquier proyecto de construcción. Una correcta gestión temporal no solo garantiza el cumplimiento de plazos, sino que optimiza recursos, reduce costes y minimiza riesgos. En este artículo, nuestro equipo técnico de personalHOME detalla las mejores prácticas que profesionales y empresas del sector pueden implementar para lograr una planificación de obras exitosa.
Fase previa
Antes de comenzar cualquier programación, es esencial contar con una definición precisa del alcance del proyecto. Esto incluye marcar unos objetivos claros y medibles, establecer unas entregas detallas y específicas, trazar los límites del proyecto y consensuar unos criterios de aceptación.
Además, en esta fase previa es crucial revisar minuciosamente el proyecto técnico con sus planos, memoria de calidades, especificaciones técnicas y documentos contractuales, para identificar posibles incongruencias o vacíos de información que podrían convertirse en problemas graves durante la construcción.
Fase de planificación
Esta etapa la podemos comenzar con un desglose detallado del trabajo (EDT). Este desglose permite dividir el proyecto en tareas más pequeñas y manejables, lo que facilita la asignación de responsabilidades, la estimación de tiempos y costos, y el seguimiento del progreso.
Otro factor importante en la fase de planificación es la identificación y gestión de riesgos, que anticipa los posibles problemas que puedan surgir (retrasos en la entrega de materiales, condiciones climáticas adversas, problemas geotécnicos, etc.) y desarrolla planes de mitigación para minimizar su impacto. Para garantizar una excelente planificación se necesita un perfecto plan de comunicación, estableciendo cómo se comunicará el equipo del proyecto, con qué frecuencia y a quién.
Por otro lado, hay que realizar una buena definición de hitos clave, identificando los puntos de control importantes en el proyecto para medir el progreso y asegurar que se cumplen los plazos generales. Estos hitos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos definidos (SMART).
Fase de programación
Una vez configurado las dos fases anteriores, se procede con la fase de programación. En ella es de vital importancia la creación de cronogramas y diagramas como el de Gantt. Se utiliza la información del EDT y las estimaciones para crear una hoja de ruta realista que muestre la secuencia de las actividades, sus duraciones, dependencias y fechas de inicio y fin. También es importante programar un método del camino crítico, que permite identificar la secuencia de actividades que determinan la duración total del proyecto.
Fase del seguimiento y control
Esta última fase es igual o más importante que las anteriores, ya que es la que comprueba que las tres fases previas se han hecho correctamente y las posibles acciones de mejora. Los cronogramas deben actualizarse periódicamente (semanal o quincenalmente) para reflejar el progreso real, las desviaciones, las acciones de mejora y los cambios aprobados.
Dentro de esta fase también se debe llevar a cabo un análisis de valor ganado, que integra alcance, cronograma y recursos para evaluar el desempeño del proyecto mediante indicadores como: variación del cronograma (SV), Índice de desempeño del cronograma (SPI) y pronósticos de finalización. Para las cuatro fases en la planificación y programación de obras el uso de la tecnología especializada en obra ya no es opcional. Plataformas como Primavera P6, Microsoft Project, Asta Powerproject o herramientas colaborativas tipo BIM (Building Information Modeling) permiten una planificación más precisa y una gestión más eficaz.