Normativas de seguridad en construcción: protegiendo vidas en el sector

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El pasado año se produjeron en España 81 697 accidentes laborales en el sector de la construcción, de los cuales 135 resultaron mortales, lo que sitúa a la construcción como uno de los ámbitos con mayor siniestralidad, solo por detrás del transporte y almacenamiento. Pese a que la tendencia general muestra una ligera reducción respecto al año anterior, estas cifras reflejan la persistencia de un riesgo elevado que afecta de manera directa a miles de profesionales del sector.

Las normativas de seguridad en construcción varían según el país, pero generalmente se basan en estándares internacionales establecidos por organizaciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Internacional de Normalización (ISO). En España, la normativa principal es el Real Decreto 1627/1997, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción.

En este artículo te contamos cómo desde Grupo Renovak Building Company (GRBC) y personalHOME cuentan con las herramientas necesarias para tratar de reducir esos índices de siniestrabilidad a través de un plan de seguridad eficiente, de los equipos de protección individuales y colectivos y de identificar a los actores clave en la gestión y cumplimientos de todas estas medidas tan importantes.

I.- Plan de seguridad y salud

El primer pilar de cualquier normativa de seguridad es la identificación proactiva de riesgos. Esto incluye la evaluación de peligros como caídas desde altura, contacto con instalaciones eléctricas, manejo de maquinaria pesada, exposición a sustancias químicas y riesgos ergonómicos.

Para ello, ningún proyecto ni obra puede desarrollarse sin un correcto Plan de Seguridad y Salud (PSS). Este plan debe ser aprobado por el coordinador en materia de seguridad tanto en la fase de proyecto como en la de ejecución, y debe presentarse ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Además, todos los implicados deben conocer y aplicar este plan, recibiendo la formación adecuada según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

II.- Equipos de protección individual (EPI)

Las normativas establecen requisitos estrictos sobre el uso de equipos de protección individual. Estos elementos obligatorios tienen como objetivo:

  • La protección de la cabeza: Cascos homologados que protejan contra impactos y penetración de objetos. Estos equipos de seguridad están diseñados para resguardar una zona tan vital del cuerpo.
  • La protección de los pies: Calzado de seguridad con punteras reforzadas y suelas antideslizantes para evitar que herramientas u otros objetos existentes en la obra dañen la integridad física de los trabajadores
  • La protección respiratoria: Mascarillas y respiradores adecuados según la exposición a polvo, gases o vapores. Este tipo de EPI’s dependerá del proceso de la obra en el que nos encontremos
  • La protección contra caídas: Arneses de seguridad, cuerdas de vida y sistemas anticaídas para trabajos en altura. Fundamental en las primeras fases cuando no existen cerramientos y la estructura de la edificación va creciendo
  • La protección visual y auditiva: Gafas de seguridad y protectores auditivos según el riesgo de proyección de partículas y los niveles de ruido. Muy relacionado con la labor desarrollada por cada trabajador.

Por otro ello, en función del momento de la obra y de la labor a desarrollar, serán obligatorios unos y otros, siendo el casco, el calzado de seguridad, los arneses de seguridad o los guantes los más habituales

III.- Medidas de protección colectiva

Más allá de la protección individual, las normativas priorizan las medidas de protección colectiva, que benefician a todos los trabajadores simultáneamente:

  • Sistemas de andamiaje: Deben cumplir con especificaciones técnicas rigurosas y ser revisados periódicamente por personal cualificado.
  • Redes de seguridad: Instalación obligatoria en trabajos con riesgo de caída, con características específicas de resistencia y ubicación.
  • Señalización: Colocación adecuada de señales de advertencia, prohibición, obligación e información de seguridad.
  • Vallado y delimitación: Separación clara entre zonas de trabajo y áreas de circulación peatonal o vehicular.

IV.- Responsabilidades y roles clave

Promotor o cliente

Tiene la responsabilidad de designar coordinadores de seguridad y salud, asegurar que se elaboren los documentos de seguridad necesarios y garantizar que se cumplan las medidas preventivas.

Empresas constructoras y subcontratistas

Deben elaborar planes de seguridad específicos, proporcionar equipos de protección, formar a sus trabajadores y cumplir con todas las medidas preventivas establecidas.

Trabajadores

Tienen la obligación de utilizar correctamente los equipos de protección, seguir las instrucciones de seguridad, informar sobre situaciones de riesgo y cuidar de su propia seguridad y la de sus compañeros. En conclusión, una obra es un ente vivo que cambia cada día y en el que la seguridad solo se consigue con la implicación de todos. Los trabajadores son la pieza clave para que lo establecido en el Plan de Seguridad y Salud cobre sentido en la práctica, y su papel resulta fundamental en el uso correcto de los equipos de protección individual y colectiva. Con ello, se construyen no solo edificios, sino también entornos de trabajo más seguros para todos.

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